¿Por qué es importante conocer y desarrollar una ética profesional, en el campo de la educación?


Por Israel Segura G. 
     “Que la educación debe estar comprometida con unos valores éticos es una afirmación difícilmente discutible. La educación es necesariamente normativa. Su función no es solo instruir o transmitir unos conocimientos, sino integrar una cultura que tiene distintas dimensiones…Educar es, así…formar el carácter para que se cumpla un proceso de socialización imprescindible, y formarlo para promover un mundo mas civilizado, crítico con los defectos de presente y comprometido con el proceso moral de las estructuras y actitudes morales.”(1) 

     
 Es importante conocer y desarrollar una ética profesional en el campo de la educación ya que, en primer lugar, la educación como formadora de cultura tiene la responsabilidad de fomentar y crear una sociedad mas civilizada con ciertos principios y normas éticas y morales que ayuden a convivir a las personas de la mejor manera con sus iguales. Para lograr esto, la educación necesita igualmente ser regida por ciertos principios éticos que orienten a las y los profesionales docentes a realizar de mejor manera su trabajo, que los guíen de la mejor forma a desenvolverse adecuadamente con las demás personas, destaco el siguiente fragmento “Está claro que los y las educadoras no se limitan a transmitir conocimientos o a instruir determinada área de especialización, necesaria e inevitablemente las y los educadores son portadores de valores.” (2)  Además, al desarrollarse una ética educativa se crea un compromiso moral muy fuerte que debe ser cumplido por las y los docentes, un compromiso que va mas allá de educar cierta materia en la mejor forma, es una responsabilidad que obliga a las y los profesionales en la educación a educar para la vida, educar para vivir en un mundo en constante cambio y lleno de contradicciones que en muchas de sus áreas carece de algún tipo de ética o moral, comenzando por la inmoralidad del capitalismo salvaje del sistema en el que vivimos.                                                                                                                                                                                                                        
        Una ética profesional docente debe abarcar todas los “departamentos” en las que se divide en sistema educativo, empezando desde el ministro o ministra de educación, seguido por las y los administrativos, continuando por las y los docentes y orientadores, psicólogos y trabajadores sociales, las y los conserjes y mas importante aún, las y los estudiantes y la familia. Las y los profesionales en educación tienen que regirse bajo un código de ética y conocerlo bien para poder cumplir con todos los deberes ante la sociedad y además eso les permite conocer mejor sus derechos y sus responsabilidades según sea el área en la que trabajen. Al saber manejar dicho código de ética la o el docente están en la capacidad de desenvolverse mejor en su profesión ya que cumple con todas sus responsabilidades y le brinda la oportunidad de ir un poco más allá y fomentar en sus estudiantes una vida mas digna e integra. Sin embargo, pese a que muchos docentes conocen dicho código, parece que a la hora de actuar, todo lo escrito en ese código se queda solo en el papel y no pasa a la acción. ¿A que se debe esto? Según mi opinión, se debe a que no han recibido una buena educación superior basada en esta temática, es increíble como cursos universitarios tan importantes como el de ética docente sean solo obligatorios para algunas áreas profesionales educativas y para otras no, además son solo uno o dos cursos que no pueden abarcar ni dar la importancia necesaria a este tema.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     
      La ética profesional docente debe ser desarrollada en todos los niveles educativos, desde el preescolar hasta los estudios superiores y en los estudios no formales e informales, un comportamiento ético adecuado por parte de una profesora o profesor refleja en las y los estudiantes un ejemplo digno a seguir y una posible persona en la cuál pueda identificarse. Sumado a esto, al reflejar una conducta ética correcta, la y el profesor tiene la posibilidad de trascender y dejar una huella duradera en sus estudiantes, será capaz de impulsar y promover en sus estudiantes el interés por el estudio y podrá ayudar a resolver los problemas de estudiantes que parecen imposibles de solucionar, en vez de afectarlos negativamente. Por experiencia propia, en la misma Universidad de Costa Rica, me he topado con algunos, y específicamente una y un profesor muy poco éticos, que parecen desconocer por completo que existe un código de ética docente, ya que por ejemplo, un profesor en vez de impulsarme a seguir adelante en una de mis carreras mas bien me freno y me dijo que buscara otra donde me “desenvolviera” mejor, como si todos tuviéramos capacidades sobrehumanas para aprender todo lo necesario de una profesión en año y medio, y en el caso de la profesora, quién se hacía decir “master” en educación y constructivista hasta los huesos, demostró que su única capacidad como “educadora” era leer un libro y hacer preguntas, no contestar las dudas de sus estudiantes evadiéndolos y evaluando de manera ambigua.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               
      Una ética profesional docente bien definida y establecida ayuda a la y al docente a comportarse adecuadamente con sus colegas, a dar un testimonio de vida ante los demás de una forma correcta, a educar para vivir en sociedad, a fomentar el diálogo para resolver los problemas, refleja una autonomía moral y ética que lejos de estar en desacuerdo con el código, es capaz de aplicarlo en su totalidad en cada área de su vida y sobretodo puede respetarlo a cabalidad en el desarrollo de su profesión.  

  (1) Camps, Victoria 1994 LOS VALORES DE LA EDUCACIÓN Grupo Anaya S.A., Pág. 11  
  (2)Rodríguez R., Carlos A. enero – abril 2007 REFLEXIONES ÉTICAS EN TORNO A LA EDUCACIÓN FORMAL Revista “SENDEROS” Nº 86, Pág. 49  


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